MOVILES EN CLASE ¿SE DEBE O NO PROHIBIR?

El debate sobre si se debe prohibir o no el uso de móviles en clase está a la orden del día. Surgen opiniones de todo tipo: los detractores piensan que los dispositivos móviles perjudican la concentración en el aula y las relaciones con los compañeros, mientras que los defensores ven en los móviles una oportunidad para integrar las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje. Te presentamos los pros y contras de usar el móvil en las aulas.

Argumentos en contra

Hay profesionales que no ven con buenos ojos el uso de móviles en el aula e incluso han impulsado iniciativas para limitar su uso.

Las tesis que sostienen es que el teléfono móvil puede hacer que el alumno se distraiga y pierda fácilmente la concentración, y que descuiden las relaciones con los otros niños. En el momento del patio, por ejemplo, si los alumnos tienen acceso al teléfono móvil están más pendientes de él que de interactuar con el resto de compañeros para jugar, conocerse y establecer amistades.

El cyberbullying o acoso escolar es otro de los problemas que se menciona a menudo en relación con los teléfonos móviles. Con un móvil en la mano es mucho más fácil grabar a profesores o a otros alumnos en situaciones comprometidas y usar esas imágenes para ridiculizarlos en la red. Las niñas y adolescentes son las principales afectadas en estas situaciones, y se dificulta implantar una educación no sexista. Eliminar la telefonía móvil de los centros escolares haría más fácil la vida en la escuela e impediría que se creasen situaciones incómodas. Pero, más allá de estos inconvenientes, otras voces abogan por defender sus ventajas.

    Argumentos a favor

El uso del teléfono móvil entre niños y adolescentes es una realidad cada vez más asentada, y dar la espalda significa alejar las aulas del mundo real. Este es uno de los principales argumentos que esgrimen los defensores de integrar el móvil como una herramienta de aprendizaje más durante las clases. El mobile learning es el proceso de enseñar mediante dispositivos móviles, y cada vez gana más adeptos.

Si no puedes con “el enemigo”, únete a él. O mejor dicho, prohibir el móvil es como poner puertas al campo y, ante la inevitabilidad de su uso por parte de los estudiantes, la mejor opción es darle la vuelta a la tortilla y hacer que el móvil juegue a favor de los educadores. Se les puede enseñar los buenos usos de estos dispositivos, tales como buscar información de forma más rápida o saber navegar en la inmensidad de la red para filtrar los contenidos interesantes de los que no lo son.

Los maestros digitales, los que aplican las nuevas tecnologías en sus métodos de enseñanza, creen que integrar dispositivos móviles en las clases motiva a los alumnos porque están trabajando con herramientas que les gustan y que usan en su día a día. La prohibición, además, puede tener el efecto contrario, ya que si concebimos el móvil como un objeto negativo los alumnos tendrán más ganas de usarlo como forma de rebeldía ante la prohibición.

El uso del móvil en primaria y secundaria es un reto importante al que debe enfrentarse la comunidad educativa. Los hábitos de comportamiento y consumo de las nuevas generaciones evolucionan muy rápido y nos obligan a pensar en nuevas soluciones. La prohibición del móvil en el aula puede ser un parche que elimine el problema durante un tiempo, pero no es la solución a largo plazo. Hay que empezar por aceptar que el móvil es una parte imprescindible de la vida de los alumnos, y el problema no es la herramienta en sí, es cómo la usamos: enseñémosles a sacarle el mejor partido a las nuevas tecnologías.