Entre el cielo y el suelo

Cuando tu voz se hace poema y recorre mi mente, me gusta….

Me gusta …la dulzura aterciopelada de tus tímidas confesiones.

La ternura con la que manejas el ayer en tus ojos de permanente mirada al cielo como si hablando con Dios creyeras que sólo fue un mal sueño que duró demasiado.

Me gustas… cuando sientes la cadencia de esa confesión a medio hacer y te trastornas en vulnerable al recontar tus defectos.

Cuando sonríes en tus palabras dulces, cuando descifras enigmas en una historia, cuando seduces con tu prosa y levitas con esa mar de poesía que asoma por tus dedos.

Me gusta… cuando recuerdas tu niñez oxidada y desvelas tus amarguras,lejanas en el tiempo y próximas en tu memoria. Cuando narras soledades en tu Manjarín del alma y el silencio te acongoja. Cuando arañas el dolor, cuando despliegas tus alas para mirar ese futuro que nadie sabe dónde terminará o que, quizá, la soledad descifre su enigma.

Sí, me gustas …porque rezumas sencillez, sabiduría acoplada a estos tiempos en que el aire no es aire sino todo lo contrario,palpas la soledad sin llegar a tocarla y crees que tu alma no se merece la ausencia.

Sí, rematadamente me gustas …porque hay bondad en tu mirada, amor en tus palabras, sinceridad en tus renglones torcidos y deseos incontenibles de superación constante.Ese aspecto te hace grande y te asegura la victoria repleta de emociones inolvidables.

El perdón clavó en ti su maravilloso aguijón y el dolor abrió tu cielo de inconmensurables bellezas prendidas tímidamente en tu alma.

El horizonte es tan infinito como tu misma vida,espera sentado al borde mismo del camino y recoge cuidasosamente el perfume que a su paso,destilan las esencias más exquisitas.

Es lo que te aguarda…viveló , disfrutaló y sorprendeté a ti mismo como un recien nacido, que sólo ve para descubrir la vida desde lo más alto.

Te quiero,mi vida,yo te dibujaré el camino.

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