Apago la luz y en la oscuridad me sigue acechando esa palabra maldita que ella pronunciaba con toda la naturalidad…..
En sus ojos leí la derrota; en su boca, la angustia.
Pero, a pesar de eso, ella siguió sonriendo para quienes la rodeábamos y para que la flaqueza no fuera su fracaso.
El destino, la propia vida, tienen escrito en renglones torcidos , y a veces nos aniquila tan sólo con ver en el horizonte su proximidad y, nos falta el coraje, la resignación, para dar la cara y poner pecho a aquello que no quisiéramos vivir.
Cuando me alejaba de ella, aún la veía más hermosa en toda su grandeza humana, y me cuesta asimilar que el cáncer llamó a la puerta de una persona tan llena de vida, tan necesaria para todos los que la rodeamos y con tanto que dar todavía….
Y mientras nosotros nos devastamos en nuestro propio dolor, ella siguía sonriendo, animándonos a que tirásemos de ella para que no le faltáse el valor necesario.
La miraba y veía cada letra que no dicía con su voz; no hacía falta…
Todos juntos reíamos con ella. Es lo que nos hará traspasar la barrera del dolor, inmunes, fuertes, adheridos a ella como si fuéramos un ejército dispuesto a la batalla.
Jamás te olvidaremos Paula,allá donde estés, tus amigos, los de siempre,recordaremos tu intensa mirada,tus palabras de aliento y la sabiduría de tu saber decir.
“ESPERAME EN EL CIELO CORAZÓN” porque hoy te necesito y no te veo……