Siempre tú…
Han pasado tantas primaveras desde entonces, que vagamente recuerdo en qué episodio te instalaste en mi vida para no irte jamás; a estas alturas, pienso que ni el abismo de la muerte puede concluir nuestra amistad.
Esta certeza me hace caminar segura de que eres como el amanecer de cada día, nunca fallas. Ahí estás apostada con los ojos verdes transparentes, esperando que la vida sorprenda esa sensibilidad macerada de dulzura y aderezada con la estabilidad que emanan tus poros.
Siempre tú…
Nuestros surcos de hiel y jazmín han enraizado juntos y así, hemos visto germinar las semillas que plantamos hace muchos años entre lágrimas y sonrisas, entre sueños y decepciones.
Hoy, cuando las canas pintan nuestras sienes, unidas las mareas de esta vida, que a veces vivimos a trompicones, nuestras manos de la amistad permanecen entrelazadas.
Siempre tú…
Y es hora de dedicarte mis letras torcidas… Eres un eco en mis tiempos desdoblados, la nobleza hecha en piel de mujer, la fidelidad del alba, cuando a veces creo que no amanecerá la luz en los plieges de quienes te rodeamos, ahí estás… siempre tú……MAGENA … mi amiga, GRACIAS.
Y si la luz del alba no brillase para mí, te aguardaré peinando el aire de tus suspiros y trazándote el camino de ida, para seguir mano con mano hasta la misma puerta del Cielo donde, siempre tú, mereces habitar.
JUSTA CAÑIBANO